#Opinemos: NO Lugares después de una epidemia
- La Piba Blog
- 6 jul 2020
- 3 Min. de lectura

El antropólogo francés Marc Auge en el año 1992 publicó un libro llamado “Los «No Lugares» espacios del anonimato” en el cual nos habla básicamente de aquellos espacios que no son destino sino más bien son considerados espacios de tránsito de un lugar a otro como por ejemplo los trenes, buses, aviones, etc. “Los «no lugares» son aquellos espacios que no existían en el pasado, pero que ahora aparecen como ubicación innegable en el devenir del hombre contemporáneo”, confirma Marc Auge.
Ahora que el gobierno peruano levantó el estado de confinamiento de las personas y todos volvemos paulatinamente a nuestras actividades, es importante detenerse un momento y preguntarse ¿Cómo será nuestra ciudad en una etapa de post pandemia? ¿Cómo será la nueva normalidad? y ¿Cómo la vamos a sobrellevar? pues, parece que luego de una epidemia como esta, los lugares se han ampliado y ¡ojo! no estoy hablando de la construcción de nuevas vías.
Si recordamos, antes de la pandemia nuestras actividades normales incluían el desplazamiento a varios lugares además de las rutas de la casa al trabajo y viceversa, sin embargo, con esta nueva etapa, traída por esta epidemia, ahora los lugares a los que debemos desplazarnos deberían ser solo los indispensables y digo deberían puesto que como vemos en las noticias, muchas personas que carecen de empatía y responsabilidad se han tomado el tiempo de hacer largas colas para entrar a “pasear” en los centros comerciales recién aperturados ocasionando un disparo de contagios en las estadísticas. Parece que aún no entendemos que espacios como estos además de los centros financieros, zonas rosas, zonas comerciales y de entretenimiento en los centros de las urbes se han convertido en los no lugares.
Por otro lado, tenemos que la digitalización de muchas actividades ha logrado agrandar lugares, tales como nuestros propios hogares. Sí señores, nuestras casas sumaron espacios con funciones de oficina, banco, restaurante y hasta la función de parque o zona de entretenimiento y de esto último puedo dar prueba. Yo tengo la suerte de tener una especie de patio en mi casa y durante aquellos días en que todo parecía complicarse y la ansiedad iba en aumento, miraba a mi hermana y le decía: “¿Vamos a dar una vuelta al parque?”, claro, eso no era otra cosa que salir al patio a conversar mientras regábamos las plantas o a tomar un café mirando el “atardecer” de la ciudad o salir al patio a contar historias mientras nos alumbraba la luz de la luna. Partiendo de esa experiencia queda claro que hoy por hoy ocurren muchas más cosas dentro de las casas o departamentos que son los mismos espacios que antes solo ocupábamos para dormir o convivir durante los fines de semana y... ¿Acaso los fines de semana también se agrandaron?
Si continuamos analizando veremos que todo esto también comprende un gran reto para los gobiernos locales puesto que, además de atender, como pueden, esta emergencia sanitaria y continuar con la preparación de nuevas infraestructuras hospitalarias, también deben conciliar la atención entre la salud pública y garantías para la productividad, que se ha visto bastante mellada estos últimos meses. Para este paulatino regreso de la población, las autoridades, tienen que buscar la sostenibilidad de los no lugares y entre tanto sigue creciendo la necesidad de tener un urbanismo sostenible sustentado en la autosuficiencia energética lograda mediante la agricultura ecológica, reciclaje y una movilización más inteligente.
Según algunos informes de la ONU, las ciudades ocupan solo el 3% de la superficie terrestre, pero representan entre un 60 y 80% del consumo total de energía y además son responsables del 75 % e las emisiones de carbono. Los gobiernos a nivel mundial miran que hacer ahora y que hacer para el futuro, que espacios se están construyendo y cuales se están dejando de construir porque si bien es cierto sobre ellos recae una gran responsabilidad, también es importante entender que esta responsabilidad depende mucho de la actitud de todos y cada uno de nosotros. Seamos congruentes y ayudemos a equilibrar el problema, porque mientras sigamos así la cura puede ser peor que la enfermedad.
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